Se ha recordado recientemente el "día del amigo". Vamos a hablar de la amistad. No porque sigamos esta moda, sino porque asignamos importancia a la amistad. Se nos vienen imponiendo, mediante innumerables "días de..." que con motivos más o menos insulsos o lucrativos se lanzan permanentemente, una especie de "santoral laico" que es ajeno a nuestra tradición cristiana. Sin embargo vale la ocasión en que muchos recuerdan un tema, para reflexionar sobre textos de autores venerables respecto a dicho tema. Al buen amigo de esta revista que nos los hizo llegar y al -para nosotros desconocido- autor de la recopilación, nuestro agradecimiento y amistad.
¿QUÉ ES LA AMISTAD?
"El amigo es otro yo"
1- Evidentemente, la condición previa de la amistad es el conocimiento mutuo. Porque, ¿cómo habríamos de amar a aquel que no conocemos? Esto es, tal vez, una verdad de Perogrullo, pero que no todos tienen en claro. Porque muchos hablan de sus ?amigos?, y se trata de personas a las que apenas conocen. Nosotros, contrariamente a lo que dice Kempis y ?alguien más?, creemos que la familiaridad no engendra desprecio, sino amistad.
(Ecle. 6, 6: "Vive en amistad con muchos… pero toma a uno entre mil para consejero tuyo."
Ecle. 6,7: "Si quieres hacerte amigo con uno, sea después de haberle experimentado y no te entregues a él con ligereza").
2- De ese conocimiento y frecuentación nace el amor.
"Puesto que la amistad consiste mas bien en querer y alabamos a los que quieren a sus amigos, querer parece ser la virtud de los amigos de suerte que aquellos en quienes se da esto como es debido, esos son amigos seguros y lo es su amistad." (Ética, libro VIII, 1159 b)
"La amistad es lo más perfecto en la línea del amor. Por tanto en este género debe incluirse la caridad, que es una cierta amistad entre el hombre y Dios" (3 Sent. d. 27, a.2, 1)
No toda amistad implica caridad, ya que existe la amistad en el orden natural (es decir, afecto natural)… ni toda caridad implica amistad, ya que Dios puede amarnos, y sin embargo, nosotros no corresponder a ese amor.
Obviamente, no puede existir amistad sin correspondencia en el amor (no hay amistad de uno sólo). "Para que la amistad sea firme y verdadera, los amigos deben amarse mutuamente" (In Jn. XIII, l.7, 1838)
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